ENTRE LOS BRAZOS DE UNA POSESIVA

Como ya os dije mi vida amorosa, por el momento, ha sido bastante penosa. En la búsqueda de mi media naranja, ¿Tendré que vivir muchas mas cosas como esta?


Nos conocimos en una fiesta de estilo, digamos, locura máxima y esa misma noche lo hicimos. Después de una semana ya parecíamos casados o algo semejante. El primer mes fue inolvidable, reíamos, compartíamos, tonteábamos bueno cosas de esas que solo pasan los dos o tres primeros meses de una relación y a quien le dura más es el/la “fucking crack”. Pasado este momento álgido se encuentra un punto de inflexión (de mal rollo) que normalmente te acaba llevando ya a la relación rutinaria o a dejarlo por tonterías como: no me haces caso, somos muy distintos, no le caigo bien a tu hermano, eres feo, estas gorda o tu perro se mea en mi ropa, no creáis que es una vacilada los perros a veces lo hacen porque tienen envidia de la pareja y así marcan terreno y dicen quien manda.


Yo me encontraba en ese punto de inflexión, ya llevábamos unos días que nos veíamos y las cosas no acababan de funcionar; Ella estaba, digamos, más dispuesta a la relación que yo. Chicas os voy a dar otro tutorial, ¿vale? Si, estáis en un bar con vuestra pareja, ya lleváis todo el día juntos, y él os dice: - Tía, me voy con los amigos a ver el fútbol. (ejemplo) – tendréis que evitar decir: - ¡Yo también vengo! - . Esto, a los hombres nos frustra muchísimo porque vosotras sois muy complicadas mentalmente, estáis a un nivel superior en formas de pensar. Sí pasáis todo el día con vuestra pareja, él ha tenido que estar todo el día a vuestro nivel mental, no es un esfuerzo, porque el “amor” rompe barreras pero, cansa muchísimo. Cuando pasa esto los hombres tenemos que quedar con otros hombres, complejidad cerebral mas simple, para evadirnos y decir tonterías. Exactamente pasó lo de este último tutorial, y después del -¡Yo también vengo!- vino un -¡No!- rotundo mio. A causa de vuestro lío mental ya especuló, se pensaba que me iba con otras, me drogaba con ellas y conociéndola seguro que se pensaba que, yo y las chicas, bebíamos placenta humana después de hacerle los cuernos cuando en realidad estaba haciendo el gorila con mis amigos.

Desde ese día salieron nuevas frases de su boca estilo ¿Dónde vas y con quien? Y su mirada ya no era, ¡Ohh!, te comería entero, sino ¡Ohh! Como te vayas con otra te como. Yo podá soportar esa situación porqué cuando estábamos juntos me lo pasaba de puta madre, y ademas necesitaba estar con ella pero hubo un día fatal en el que la cosa se hizo insostenible.

¡Riinngg riiiinnggg! Sonó mi móvil yo estaba un poco nervioso porque tenía que hacer un par de tareas y después ir a visitar a mi abuela -¿Diga...?- desde el otro lado del móvil – Hola cari soy yo me vengo a la ciudad- ella era de un pueblo de los alrededores – Mmmm (Mientras pensaba que me iba como el culo) vale quedamos un ratito pero tengo muchas cosas que hacer ¿seguro que te va bien, estar una horita e irte?- -Sí, si tranquilo en 45 minutos estoy allí, un beso- colgó.

Hice una de las dos tareas, la otra la dejé para otro día no era tan importante, y llamé a mi abuela diciéndole que llegaría más tarde, pobre me supo mal porque cuando a las abuelas en general saben que vendrás, solo se centran en eso, porqué les hace mucha ilusión, y cuando les dices que tardarás te dicen que no pasa nada, pero si que pasa después de todo antes que abuelas fueron mujeres.

Me hace una perdida, ¡Mierda! Llegaba tarde “fijo que se cabrea” pensé, cogí el skate para ir más rápido. -Porque has tardado- fue lo primero que me dijo, no respondí, eran las 5 de la tarde. Dí un paseo forzado con ella, tenia cosas mas importantes que hacer y mi abuela me esperaba aun así también quería que ella estuviera contenta, tomamos algo y después de 2 horas le dije que me tenia que ir. Vi que nuestra relación ya no era factible cuando me dijo – ¡Quedate una hora más!- no era solo por la impertinencia posesiva que ejercía esa chica sino porque también cuando estás con una persona a la que quieres las hora pasan volando y no se cuentan. Me quedé esa hora, pero le di una condición, que me dejara llamar a una mujer; MI ABUELA, seguro que estaba aburrida de esperame.

Caminamos por las ramblas de la ciudad y nos sentamos en un banco estuvimos una hora charlando, mire el reloj y le dije que me tenía que ir, que ya eran las ocho. Este momento siempre lo recordare y mis amigos se parten cuando lo cuento. Sabéis las películas de serie B en que el malo resulta ser el mas bueno de todos y que cuando es bueno lo caracterizan de tal forma que cuando lo ves pensarías en dejarle tus hijos durante un mes, tu lote de cuchillos mas preciado y la colección de películas de como ser un buen pederasta y seguro que no pasaría nada, claro como es tan bueno, y al final cuando se vuelve malo parece aun mas malo de lo que es y no pensarías nunca que ese tío despeinado, sudoroso, ojos rojos, tics nerviosos y burbujitas en la boca sería el hombre del principio de la película tan bien vestido, con una vida tan perfecta y sin ningún desequilibrio emocional. Volvamos al tema, a ella le paso esto cuando le dije que me tenia que ir, se despeinó, me cogió del brazo con tanta fuerza que no podía escapar y mientras decía con voz de camionera cachas -¡TE QUEDARÁS CONMIGO UAAAUUGHHH!- el gruñido lo he añadido yo para dar mas miedo je.. je. El susto que me pegué fue descomunal y me quedé paralizado, y la imagen que perduró durante esas cuarto oras posteriores era la de mi persona entre los brazos de ella, sentados en un banco y mirando la pared de delante. A la cuarta hora volví a tener uso de la razón y vi que tenia que escaparme de esa bestia como fuera, mientras estaba apretujado entre los brazos posesivos de ella, pensé un plan, ese plan consistía en decirle de dar un paseo y como no conocía la ciudad llevarla a la estación a la hora exacta en que pasara el tren y justo se abrieran las puertas empujarla y así yo poder volver a saborear la libertad. Me miraba tanto, de la obsesión que llevaba encima que creo que no se daba cuenta ni de que paseábamos, le pague yo el billete no fuera caso que se distrajera justo bajar las escaleras llego el tren se abrieron las puertas, no tuve que empujarla entro ella creo que como acto reflejo y justo cuando se cerraron las puertas ella reaccionó se volvió otra vez hombre lobo y empezó a dar golpes a las puertas. Ella no podía hacer nada, estaba de vuelta a casa y lo ultimo que me dijo fue CARIÑOOOOoOOOoOoooooo mientras se alejaba.


A las 12 y 45 de la noche llegué a casa mi abuela, me pegué un festín de comida impresionante y con la libertad que ahora ejercía creo que tenia mas buen gusto y todo.

En fin, de momento no he sido muy afortunado en el amor pero si que hay una mujer que nunca me ha fallado y siempre estará ahí cuando la necesite, esa es mi abuela y no la cambiaría por nada en el mundo.

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